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La
tarjeta telefónica. El mundo en un chip
Alejandro Salinas*
d120144@unmsmi.edu.pe
El teléfono, construido en 1876 por Alexander Graham
Bell sobre un modelo diseñado previamente por Antonio
Meucci, provocó una vertiginosa expansión de
las comunicaciones mundiales. Desde aquella fecha hasta la
actualidad, la cobertura y modalidades de la tecnología
telefónica han sentado las bases de la moderna sociedad
virtual. En el Perú, la Peruvian Telephone Company
introdujo el teléfono en 1889. Durante el siglo XX,
la empresa controló sucesivamente la red telefónica
nacional, integrada por la Compañía Peruana
de Teléfonos Limitada (CPTL), la International Telephone & Telegraphe
Company (ITT), la Compañía Peruana de Teléfonos
S.A. (CPTSA) y, finalmente, la Telefónica del Perú S.A.
Fue esta última empresa la que, desde 1994, lanzó al
mercado peruano las tarjetas telefónicas.
Este
servicio surgió en Europa hacia 1975 como alternativa al teléfono
de monedas. Las primeras tarjetas telefónicas eran muy finas y
poseían una banda magnética. En 1982, la France Telecom
fabricó tarjetas con chips (tarjetas inteligentes), cuya
producción masiva inició poco después la World Telecom
Group. A partir de 1992, las grandes compañías mundiales
de larga distancia, e incluso algunas de ámbito regional, crearon
las tarjetas de teléfonos pre-pagadas. En diez años (1994-2004),
las ventas crecieron espectacularmente, pasando de 250 millones
de dólares
en 1994 a 31 billones de dólares en 2004.
En
sus inicios, las tarjetas telefónicas llevaban impreso sólo
el importe disponible para efectuar llamadas desde las cabinas públicas.
Posteriormente, por efecto del merchandising, las compañías
empezaron a diseñarlas con criterio estético. Desde 1990
las tarjetas telefónicas, por su bello diseño y atractiva
temática, se convirtieron en piezas iconográficas populares,
dando origen a la telecartofilia o telecartismo (coleccionismo de tarjetas
telefónicas). Ciertamente las empresas de telecomunicaciones incentivaron
esta actividad emitiendo series de tarjetas con contenidos artísticos,
históricos, etcétera.
La exposición El mundo en un chip: la tarjeta
telefónica, destaca cómo la masificación
de la telefonía ha influido en el progreso de la sociedad
y analiza al mismo tiempo la conversión de las tarjetas
telefónicas como soporte de un lenguaje visual cuyos
contenidos, ya fuesen publicitarios, culturales e incluso políticos,
llegan con facilidad a usuarios acostumbrados a "leer" imágenes
antes que textos.
En
ese sentido, la tarjeta telefónica constituye un elemento
idóneo para transmitir mensajes dentro de la llamada sociedad
de la información, pues en ésta los individuos perciben
la realidad a través de flujos de datos sencillos y didácticos.
De igual forma, la tarjeta telefónica adquiere la misma importancia
iconográfica de una postal o un souvenir: prolonga
su tiempo de vida más allá del que le asigna su valor
monetario.
Sin duda, a pesar de su modesto formato, los aproximadamente
45 centímetros cuadrados de área de todas las
tarjetas telefónicas, éstas ofrecen un espacio
privilegiado para difundir una amplia variedad de motivos
artísticos. En el mundo hispanoamericano sobresalen
las tarjetas telefónicas de Cabitel (Cabinas Telefónicas),
empresa española dedicada desde hace dos décadas
a la fabricación y distribución de ellas. Al
descubrir el gran potencial comunicativo de estos pequeños
espacios, algunos analistas consideran oportuno utilizarlos
para impulsar campañas educativas o cívicas,
y rechazan la tendencia de ciertos publicistas a reducir sus
funciones al de simple encarte de bolsillo.
El
coleccionismo de tarjetas es un hobby reciente. No
fue sino hasta 1986 cuando en Europa se inició la emisión
masiva de las tarjetas telefónicas de banda magnética –las
cuales reemplazaron el rudimentario sistema de fichas–,
y casi de forma paralela comenzaron a surgir los coleccionistas. Muchas
de esas primigenias tarjetas son muy valoradas en la actualidad,
pues al poco tiempo, en 1989, fueron reemplazadas sucesivamente
por las tarjetas con chip, y las tarjetas virtuales
operadas mediante números en clave. Con todo, el chip es
un elemento diferenciador decisivo al momento de valorar la
calidad de una pieza.
En la exposición sobre tarjetas telefónicas
en el Perú, se muestran grabados de los primeros teléfonos
usados en el país, así como cerca de 500 tarjetas
telefónicas correspondientes a más de veinte
naciones. La amplia gama de imágenes contenidas en
ellas ha sido clasificada en 25 unidades temáticas,
destacándose las de flora, fauna, etnias, medios de
transporte, deportes, etcétera. Este trabajo ha sido
posible gracias a la colaboración del arqueólogo
Carlos Rea, quien prestó su colección.
Inserción en Imágenes: 25.05.07
Foto de portal: Tarjeta telefónica con el rostro de Saddam
Hussein.
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