Baúl de La Villalta, Oaxaca*
Gustavo Curiel **
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Anónimo.
Baúl de tapa rebajada con dos zancos a manera
de pie.
Villalta, Oaxaca.
Siglo XVII.
Madera embutida y grabada, zumaque, clavos de madera y cerradura y bocallave
de hierro forjado.
84 cm x 86.80 cm.
Colección privada de Madrid, España, en 1994. ¿Actualmente
en la ciudad de México?
Referencias publicadas
Gustavo Curiel, “El ajuar doméstico del tornaviaje”,
en México en el mundo de las colecciones de arte. Nueva
España 1, México, Azabache, 1994, pp. 166-167.
Véase: “Baúl con zancos”.
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Los baúles fueron muebles indispensables dentro de las casas
novohispanas (los primeros ejemplos de esta clase de muebles llegaron
a América con la conquista armada en el siglo XVI). Aun cuando
hicieron su aparición en el siglo XVIII, con el invento de la
comodidad, las cómodas y los roperos, los baúles siguieron
siendo muebles preeminentes dentro de los ajuares domésticos.
En inventarios de bienes que refieren objetos pertenecientes a estamentos
sociales muy afortunados, los baúles se cuentan por docenas; servían
para guardar multitud de variados objetos. A tal grado proliferaron dentro
de las casas que los encontramos en muy diversos tamaños, desde
los diminutos a los de gran formato, todos siguiendo las tipologías
clásicas, variando únicamente desde el punto de vista formal
la forma de la tapa: plana, redonda, de medio punto, rebajada, seisavada,
ochavaba, etcétera. En cuanto a la decoración y los materiales
empleados en su elaboración, los expedientes decorativos son muy
diversos y las maderas y aplicaciones que los complementan se abren a
todas las posibilidades imaginables. Ciertos ejemplos, por la riqueza
de los materiales y la decoración, pueden ser considerados como “baúles
de estrado”, es decir, muebles que por lo extraordinario de su
manufactura fueron destinados para usarse en los estrados. Tal parece
ser el caso del mueble que se comenta, el cual debió ser un baúl
muy caro para la época. El baúl ha conservado el par de
zancos originales sobre los que se asienta el mueble, los cuales comparten
la misma decoración que aparece en las paredes y tapa; estos elementos
funcionan como pie del mueble, y sustituyen al clásico pie de
escritorios, papeleras y otras cajas de escribir, que por lo general
recurren al uso de la madera y el metal (fiadores). El panel central
de este baúl contiene una elaborada y rica escena del Paraíso
Terrenal en la que se observan animales, el Árbol de la Ciencia
del bien y del mal y las figuras de los primeros padres: Adán
y Eva (se conoce otro caso de un bufetillo, muy similar en la técnica,
que despliega la escena de La matanza de los santos inocentes). Llama,
pues, la atención, la inclusión de un tema religioso en
un mueble de eminente carácter civil. Este baúl es “hermano” de
otro, que le hace par, el cual está decorado con escenas galantes,
temática más acorde al espíritu de un estrado. Este
par de baúles, junto con varios bufetillos y escribanías,
custodiados en el Museo Franz Mayer de la Ciudad de México, y
otras cajas de escribir de colecciones particulares de México,
forman un conjunto perfectamente definido. En todos ellos hay coincidencias
en el manejo de las formas y la decoración, así como en
la técnica. Por lo anterior, es posible hablar de un mismo taller,
dedicado a la realización de cajas de escribir y baúles.
Para el caso de los bufetillos, éstos se informan en las famosas “cajas
de Alemania” que llegaron al virreinato novohispano durante los
siglos XVI y XVII. Estos muebles para escribir, de la ciudad de Nuremberg,
fueron los antecedentes formales y decorativos de los baúles y
cajas de escribir que forman este conjunto de muebles, hechos en la localidad
de La Villalta en la Mixteca oaxaqueña. Tradicionalmente se ha
dicho que estas piezas fueron hechas en la ciudad de Oaxaca; investigaciones
futuras deberán confirmar si se trata de muebles de La Villalta.
Inserción en Imágenes: 04.09.08
Foto de portal: Baúl de La Villalta, Oaxaca.
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